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Los tipos de personajes en la narrativa

LOS TIPOS DE PERSONAJES EN LA NARRATIVA Seguimos repasando los principales fundamentos de la escritura creativa. Si hace unos días nos centrábamos en los tipos de narrador y en pautas para componerlos y sostenerlos en la ficción, hoy queremos fijarnos en los tipos de personajes. Por supuesto, nos referimos en todo momento a la creación narrativa. Novela, cuento y variantes. En estos formatos de escritura los personajes son esenciales, son el motor de la trama. Como tales, los personajes pueden ser cercanos al narrador, o muy alejados. Por eso hablamos de tipos de personajes. Y no sólo eso, también debemos valorar los tipos de personaje según su construcción, su papel, su manejarse en el diálogo, etc. Introduzcámonos, pues, en esta guía teórica y práctica. El significado de la palabra Personaje Antes de entrar en materia merece la pena echar un vistazo a la etimología de la palabra personaje. Personaje viene de persona, palabra latina que significaba, literalmente, máscara. En efecto, en las actuaciones teatrales se utilizaban máscaras para caracterizar a los diversos personajes. Y, simbólicamente, un actor se coloca una máscara cuando encarna a su personaje. Deja de ser el mismo para ser otro. En la ficción narrativa, el escritor da vida a personajes diversos. Juega con múltiples máscaras. De su pericia depende que estas máscaras resulten creíbles, o en cambio, planas y huecas. Un escritor debe entregarse a sus personajes, y tener claro en todo momento el tipo de narrador, el tipo de voz y el tipo de personaje con el que se está manejando. Tipos de personajes genéricos: Repasemos aquí las categorías más sencillas de tipos de personajes: •Personaje principal protagonista: Habitualmente, este personaje es el conductor de la acción. El narrador se fija en él, si nos encontramos en tercera persona. O incluso puede encarnarlo si estamos hablando de una narración en primera persona. •El antagonista: En una narración clásica, todo protagonista tiene un anverso, el antagonista. Se trata de un personaje de signo negativo contrario a los protagonistas. El malo de la película, vaya. •Personajes secundarios: tomamos esta descripción del mundo del cine para hablar de todos aquellos personajes que aparecen como comparsas, alrededor del núcleo de personajes principales. Efectivamente, en muchas novelas y narraciones suele haber más de un personaje principal. •Extras: también conocidos como personajes incidentales, aparecen fugazmente y aportan siempre algo a la trama. Son más propios de la novela que del relato breve. ¿Debo construir un personaje plano o uno redondo? Pregunta clave. En literatura, todo vale si se hace bien. Encontramos en las novelas de finales del siglo XIX, por ejemplo en Flaubert o Zola, el ejemplo de personajes redondos. Profundos, con muchos elementos de interioridad puestos sobre el papel, realistas, creíbles… Luego, tenemos otro tipo de personajes, como los de Roberto Bolaño. Los personajes de Bolaño son planos. Vemos sólo su acción. Los construimos a partir de lo que hacen pero el narrador nos dice poco de su interioridad. En ambos casos, se pueden construir tipos de personajes muy efectivos. De modo que, a priori, no es mejor hacer un personaje redondo. Si quieres imprimir acción al texto, un personaje plano puede agilizarlo. Siempre y cuando sepas darle forma y volumen “a partir de lo que hace”. El mito del héroe y el antihéroe Ya sea redondo o plano, nuestro personaje principal puede ser caracterizado de dos formas clásicas. Como héroe, o como antihéroe. El Héroe es Hércules, quien ante la adversidad funesta, supera una serie de pruebas en un largo viaje para adquirir un preciado tesoro. El antihéroe son los personajes de Kafka, seres grises sometidos a los engranajes del mundo, pero fascinantes en su profundidad y su visión del mundo. Muchas son las novelas y películas que adaptan simbólicamente el mito del héroe. En el cine comercial casi todas. Lo mismo ocurre en la literatura comercial. Pero también tenemos a muchos anti-heroes. Uno muy reconocible es Bill Murray en casi todas sus películas: cómico, azotado por la vida, con una visión filosófica de la misma. Diferencia entre personaje arquetipo y personaje estereotipo En este terreno, tampoco hay algo que sea bueno y algo que sea malo. Un tipo de personaje arquetípico lo encontramos siempre en los mitos. Algo resuena en nosotros cuando lo encontramos, como si ya lo conociéramos. Esa es la rareza primordial de los mitos: son como moldes. Por otro lado, tenemos personajes estereotipo. Son personajes muy simples, hechos a partir de uno o dos rasgos. Los personajes estereotipo funcionan muy bien en la comedia. Si nos centramos en el humor, la exageración que supone el cliché y el estereotipo funcionan muy bien. En cambio, un personaje arquetipo funciona mucho mejor para el drama. Aporta volumen, profundidad, sentido trágico de la vida. Así pues, cada tipo de personaje tiene sus ventajas. Como desventajas, el personaje esterotipo no permite profundizar mucho. Y el arquetipo no permite demasiado “romper las reglas”, resultar impredecible. La fábula: tipos de personajes animales En algunos terrenos de la literatura, como es el caso por ejemplo del género de las fábulas, aparecen tipos de personajes raros. Monstruos, animales, plantas o formas geológicas pueden adoptar vida en forma de personajes. Uno de los primeros ejemplos que tenemos de ello es El Asno de Oro, de Apuleyo, donde el personaje es un hombre convertido en burro. Habla, tiene carácter, pero a su vez tiene animalidad. Esa es la clave de la composición de personajes animales: que tenga un punto de instinto excesivo, animalidad. Debe ser más cercano al sentimiento que a la razón. Excepto si hablamos de un gato: En El Gato Murr de Hoffmann encontramos también a un tipo de personaje animal listo, profético, mágico. Otro ejemplo muy conocido de personajes animales es Rebelión en la Granja de Orwell. Tipos de personajes objetos En la literatura sobre todo latinoamericana hay muchos ejemplos de tipos de personajes objetos. Cortázar tiene varios relatos donde objetos cobran vida. Es un motivo recurrente también en la literatura europea. Por ejemplo Heinrich Böll tiene un relato donde hablan unas tazas de té. Y lo mismo vemos en Lawrence Sterne y muchos otros. El objeto tiene una cualidad curiosa. Es un tipo de personaje que cobra vida sin perder relación cono su función como objeto. Si seguimos a una taza de té, veremos cómo el personaje “taza de té” tiene problemas e inquietudes muy propias de una taza de té: si van a usarla, si van a limpiarla, si tendrá buenas compañeras. Todo se personifica, pero con sentido. Esa es la clave. Personajes fantásticos y personajes de ciencia ficción Aquí vemos dos tipos de personajes que parecen lo mismo pero que no lo son. Los personajes de ciencia ficción tienen una relación muy cercana con la tecnología. También con los elementos propios de la ciencia especulativa. Por su lado, los personajes fantásticos conocen los símbolos arcanos, los mitos, los secretos de la magia. En ambos caso se extrema la realidad. Y podría decirse que tecnología en ciencia ficción y magia en fantasía son la misma cosa. Pero hay sutiles diferencias temáticas que hay que saber llevar para no crear un pastiche.

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